exorsismo

cuando escribí todo eso, de repente exorsisé mi miedo y todo se aclaró, gracias naritas por tus palabras que me acompañaron. Koko piensa que su papá se va a morir, yo lo estoy negando desde hace días. No creo en la muerte, no la entiendo, no me cabe, no la acepto, y de esa manera siento que desaparece. Es una ilusión, no va a desaparecer por más que haga nada. No sé qué es lo que va a pasar, hablo con una especie de dios inventado por religiones que intentan negar la muerte, que prometen paraísos que emanan todos los deseos incumplidos de la vida social represora. Palabras cerebrales. Padre de Koko sigue ahí, acostado, con tubos que le dan aire y le chupan mocos que juntó toda su vida. Es un tipo amoroso que ama la vida a pesar de todo lo que le negó, que quiere seguir igual. Koko dice que hizo una gira de despedida y por eso cree que se va a morir. Viajó a despedirse de los que ama y con los que siempre quiso estar, sus hermanos y sobrinos, su tierra. No llegó a Mar del Plata, de donde es, antes ya casi no podía respirar. Escribo vida vivir muerte morir y son palabras, me asustan me muerden, no pueden ser reales, porque las palabras no pueden describir lo real, juegan como diablillos, intentan atrapar las cosas vivas, como chicos que atrapan bichos en frascos y los secan y los coleccionan. Lo admiro a Koko, lo amo, tanto que me da vergüenza escribirlo. Está perplejo, asombrado de que puedan pasar estas cosas. Sensible como en carne viva y quisiera cuidarlo de todo mal me desespero quisiera que la vida sea suave con él, que no tiene piel y por eso arma carcazas.